domingo, 29 de abril de 2012

Nacer, crecer y ¿transmutarse?

Independizarse. Difícil decisión, más cuando lo haces de una persona. 
No recuerdo en qué año pero si cómo aparecí.
Fue poco a poco, por las mañanas. A las 7.30 de la mañana ella se despertaba, iba al baño y se miraba un rato en el espejo. Suspiraba y pensaba. 
Recuerdo:"Me encantaría...", "Me gustaría...", "Ojalá..." y, mi preferido, "Si pudiera..."
Al principio, eran pequeños deseos estúpidos, sueños ilógicos pero luego fueron siendo cada vez más reales, realizables. Con esfuerzo, pero posibles. Y la mayoría de ellos terminaban con: "... antes de los 30". Pero no hacia nada.
Se duchaba, se vestía y se iba a trabajar. Todos los días. Lo mismo. Una y otra vez. Nada. Sólo deseos. 

Con el tiempo, las noches tuvieron la misma letanía. El suspiro era en la cama. Yo, al principio, me quedaba con ella y susurraba: "Puedo..." "Quiero..."  pero no hacia nada. 
Se ponía el pijama, se metía en la cama y a dormir. Todas las noches. Nada. Solo sueños.
Un día, no recuerdo si lunes, martes o domingo, se despertó. Gritó: ¡Queda un año para los 30! Y siguió durmiendo.
Me harté.Tenía que dejarla. Ella o yo. 


Así que... me fui.

Aparecí en medio de un apartamento en el centro de Madrid. Tenía un pequeño balcón que daba a la calle. Me asomé. El barrio estaba en silencio. Mis nuevos vecinos dormían mientras una farola iluminaba toda la calle desde una esquina. Me gustaba el lugar.
El apartamento era pequeño y estaba vacío. Solo había una bata rosa de felpa, vieja; tirada en el suelo. Me la puse. Me quedaba un poco grande pero era suave y cálida. Me senté al lado de la ventana y me quedé dormida. Necesitaba descansar.


Empezaba mi aventura. 

domingo, 22 de abril de 2012

Multiperspectiva de Bata (Continu.)


-¡Chicas¡-a mi voz, se ponen en fila- Os recuerdo las normas- empiezo mi discurso mientras reparto las llaves de casa.

No dejéis que nadie os saque una foto. 

El dinero que os voy a dar antes de salir es solo para comida y bebida . No os podéis comprar objetos. Si lo hacéis, se quedan conmigo. 

No podéis dar mi número de teléfono. Recordad que luego, a la que llaman, es a mí. 

A las 9 de la mañana os quiero a todas aquí. 

Yo siempre me quedo en casa con alguna de las pequeñas. Hacemos galletas y vemos una peli y nos quedamos dormidas en el sofá. Si despertara a Froid me diría que estoy calmando mis ansias de ser madre. Creo que tengo un libro... ¡no no y no! Mejor no. No tengo ganas de hablar con él.


Me despierto zarandeada como un trapo. Es Bata23. Y está muy enfadada. 

-¡Se escaparon de mí¡

-¿¡Cómo!?

-Las tres. Me dejaron en un bar. Me dijeron que iban al baño y se marcharon. Como tardaban, fui a buscarlas y ya no estaban. No sé a donde han ido. Cuando vuelvan las mato.

Intento no reirme porque sino al final me va echar la bronca a mí (Y eso que soy mayor que ella...) mientras ella sigue con su discurso sobre la responsabilidad. Bata5  se despierta y la mira con cara de aburrimiento. Ahí, ya no puedo aguantar más y se me escapa una sonrisa.

Se oye el ruido de unas  llaves y los cuchicheos de varias chicas.

Mi yo responsable y obsesivo va a la entrada echa una furia, gritando. La peque me dice que ya tiene ganas de ver a mamá y a la abuela. Le digo que ahora, en un ratito, vuelve a casa.

-¿Te lo has pasado bien?- le acaricio el pelo rubio ondulado tan bonito que tiene y que ya no tengo.

-Sí. ¿El mes que viene hacemos bizcocho? A la abuela nunca le sale.

-¡Claro!  Es que la abuela usa una receta muy difícil. Te llevas la mia pero no le digas de donde la has sacado ¿eh?

Entran tres yos al salón. Falta una.

-¿Dónde está la enamorada? 

Las tres bajan la cabeza, hasta la alocada de Bata25. Se adelanta a la otras y  me tiende un papel.

"Querida yo a los 30. Lo siento pero no vuelvo. Le quiero. Me voy a buscarle"

-Ay Dios mío. ¿Se ha ido a buscarle?- sentí el papel entre las manos como si fuera una bomba de relojería -¿pero cómo le habéis dejado?

-Intenté convencerla pero no hubo manera - contesta Bata18.

Comienzo a dar vueltas por el salón, pensando que puedo hacer. Todas estamos en silencio. Siento que me va a dar un infarto de un momento a otro. Bueno, a mi y a todas, por lo que veo en sus caras. Excepto a Bata18... Está tranquila y... sonriendo.

-¿Se puede saber cual es la gracia?- estoy a punto de empezar a chillar como una loca.

- Le miro el lado bueno. Siempre he querido ir a París.







domingo, 15 de abril de 2012

Multiperspectiva de Bata


Tengo una rutina.

El primer sábado de cada mes, por la noche, me quedo en casa.  A las 10 de la noche, voy al salón y cojo mi álbum de fotografías, que está entre mis libros preferidos, escondido con la portada de El guardián entre el centeno. 

Una página para cada foto. Una foto por año de vida. La foto más significativa. Aquella que más me recuerda lo que fui. 

Siempre comienzo por la misma, la 23. Yo, haciendo gazpacho. Batidora en mano y sonrisa congelada. Estaba preocupada por el futuro, por mi a los treinta.  Tiene gracia porque aparentaba cuarenta. Los efectos de crecer demasiado deprisa... Aunque el corte de pelo me encanta, era muy chic. Cortito y despeinado. 

Es tan responsable  que se me hace aburrida. Y eso que soy yo misma. Se sienta a mi lado, dando órdenes. Quiere tenerlo todo controlado y le digo que se calme.. No hay manera, se le ha metido entre ceja y ceja. Le dejo elegir. No se para qué. Siempre escoge a la misma. Bueno, en el fondo, no me importa. 

Cuando cojo la foto de Bata a los 5, siempre me entra la nostalgia de mi vida en el campo y el mar. Abuela está dándome caramelos de miel en el jardín de casa. Estamos sentadas en un banco de madera. No sé quien sacó la foto. Devoraba aquellos caramelos. 

Toco la foto y escucho sus risas. Me mira. Agito la mano para que venga y echa a correr hacia la cámara.  La saco  y me abraza. Tiene tanta alegría....

No las despierto a todas. Veintinueve son muchas para una misma noche. Bata23 siempre está fija, me ayuda a controlar la situación. 

Hoy solo  voy a despertar a seis.  

Paso las hojas del album y la veo a ella. Sentada en su escritorio, estudiando, concentrada. Lápices de colores esparcidos... Creo que tenía muchos objetivos, bueno, más bien eran ilusiones... Los 18.... ¡ah¡ y creía en el amor con desesperación.. Sí, los 18...
Voy a darle un descanso, estudia demasiado.... Además hace ya un año que no la despierto. 

Me salto unos cuantos años porque siento debilidad por mi a los 27. Lloraba y lloraba. Incluso la foto parece que está húmeda. Tenía un novio francés, Estaba loca por él.  Pero él, no. Así que se marchó y regresó a su ciudad, París. Intento verla siempre pero a veces no quiere. No quiero verme. Me encierro en la foto y no quiero salir. La foto me la sacó mi madre, intentando hacer la gracia. Se asomó por la puerta del salón mientras veía Las crónicas de Narnia. Cuando no quiere salir, sube el volumen de la película. Capto la indirecta en el decibelio 50.... Hoy no. Apaga la tele y se viene. 

-Pero....prometeme una cosa- me dice antes de levantarse del sillón.

-¡Claro¡ Lo que quieras-

-Dile a la que tienes al lado que no me de la murga -

A un lado tenia a Bata18 y al otro...

-¿Por qué me miras a mi?- me pregunta indignada Bata23 - Solo le doy algún consejillo...

-Sin consejos ¿ok? - le contestó

-Vale, vale.

Al salir, veo que se trae el paquete de clinex. 

-¿Vemos una peli todas juntas? -

Miro el album y retrocedo hasta  la página  veinticinco. 

-Tu necesitas irte de juerga...- le contesto

-¡Genial¡- dice Bata 18-  La última a la que fui con ella me lo pasé genial

- A esa no... ¡Luego tengo que estar vigilándolas yo¡- 

Como no... Bata23 se queja...

La foto, la verdad, es de es que tiene  tela... Cubata en mano, cigarro, labios rojos y grito de guerra. Era una juerguista irresponsable. Aunque.... me lo pasé bien. Ahi viene. Hasta coge impulso  para salir de la foto.. madre mía...

Llegados  a este punto mi casa es una locura.

5 yos en el salón esperando salir a la noche madrileña. 

Continuará...

domingo, 8 de abril de 2012

Metrópolis




He visto a un payaso pagando por una sonrisa. 

Pues si que estamos en crisis....


Bata